Iran, Israel y la guerra funcional.

 

Un enfrentamiento bélico, es el escenario catastrófico por excelencia en el mundo de hoy, que los países del mundo y organizaciones como la ONU rechazan, sancionan y evitan a toda costa; una guerra genera una paralización global diplomática, afecta la economía, desajusta el orden internacional, además, genera muertes y afectaciones a civiles. Teniendo en cuenta un contexto tan adverso y hostil, que una nación decida emprender un ataque violento, responde a una meditación y medición de fuerzas extenuante, donde el posible resultado beneficie a los implicados; este en un paso que no se puede reversar fácilmente, con consecuencias finales casi imposibles de medir.

La motivación al actuar en un conflicto bélico de cualquier Estado del mundo, una vez detenidamente meditada, debe implicar ganancias de varios tipos; territorial; de alianzas; económica; militar y de muestra de fuerzas, por mencionar algunas; evidentes en cualquier conflicto, aunque en difusas en ocasiones.

Casos por todo el globo responden a esta dinámica; el 14 de abril de 2024, tras un ataque directo sin precedentes, Irán desplego una flota de drones, armas y bombardeos en territorio de Israel, en respuesta al asalto de la embajada iraní en Teherán del pasado 1 de abril, donde murieron varios funcionarios gubernamentales y algunos civiles, atribuido internacionalmente al gobierno israelí, aunque no aceptada por este.

Pese al riesgo latente de una nueva escalada violenta en oriente medio que afecte la normalidad de todos los habitantes de la tierra, además de, vidas perdidas y en peligro; parece que los implicados, Irán e Israel resultaron beneficiados, impactando en el entorno, ganando terreno internacional y fortaleciendo sus alianzas. Un escenario de geopolítica actual que vale la pena analizar.

Israel e Irán, son rivales desde después de la segunda mitad del siglo XX, cuando tras La Revolución Islámica, los gobiernos iranís empezaran a usar la oposición a su homologo israelí como bandera política (BBC, 2024)[1]. Hoy, los enfrentamientos entre las naciones de medio oriente han sido constantes, Irán es aliado colaborador y financiador del grupo de Hamás, niega abiertamente la legitimidad del Estado de Israel; mientras que, el gobierno de Netanyahu mantiene una política de contención de su contrincante, usando inteligencia, atacando objetivos políticos, limitando la interacción con Hamás.

Esta enemistad escalo a un punto nunca antes visto, como se dijo, tras los hechos resientes. Irán declara el éxito de su maniobra, pese a que la defensa israelí contuviera la mayoría del ataque (DW, 2024)[2] el gobierno iraní envió desde su territorio alrededor de 300 drones, misiles de crucero y balísticos (BBC, BBC, 2024)[3] en un despliegue nunca antes visto, con destino sobre todo a establecimientos gubernamentales y militares.

Por su parte la fuerza militar de Netanyahu, respondió rápidamente interceptando la mayoría del asalto, en apoyo de EEUU, logro contener aproximadamente el 90% del impacto esperado del ataque.  Posteriormente ha llamado el rechazo internacional, y la atención de sus aliados, luego del debilitamiento internacional tras el ataque a la embajada y negativa a cese al fuego, ya tratado en este blog (Gomundo, 2024)[4].

El enfrentamientos, parece causar beneficios ya evidentes. Israel mostro el poderío de su armamento y repelió el ataque, demostrando que su arsenal militar y capacidad de respuesta es de las mas efectivas en el mundo. Logro posar la atención internacional de nuevo en su territorio, con titulares que le dejan ver como victima, distando de la prensa reciente negativa. Igualmente, fortalece los lazos diplomáticos internacionales disminuidos por la opinión de la prensa, los hechos recientes y la negación al cese al fuego, sobre todo con EEUU, que respondió inmediatamente a la ofensiva iraní, con la condición de que una vez finalizado el ataque, no hayan futuras represalias de Netanyahu a Irán.

Paralelamente, Irán obtuvo beneficios; logra posicionar su nombre en el ojo publico, ratifica su apoyo al grupo Hamás y rechazo al gobierno de Netanyahu; evidencia la fortaleza de su arsenal y capacidad militar. Llama a la posible acción a sus aliados en la región, sobre todo con Rusia, con quien colabora con armas, a cambio de apoyo mutuo en la guerra en Ucrania e Israel. La administración iraní se ubica como actor listo para emprender acciones, que no dejara que ninguna nación le cuestione o atente contra sus soberanía y ciudadanos.

 El mercado internacional no sufrió mayores afectaciones, parece ser que en medio de todo, previa un escalamiento de hostilidades, más la rápida acción de EEUUS, no se afectaron los precios de los principales productos en las grandes bolsas de valores internacionales. Sin embargo, el precio  del Bitcoin, si disminuyo. En este contexto y sin futuros enfrentamientos o ataques a flotas comerciantes que crucen cerca a la región, no se espera mayor impacto en la economía.

Es notorio el juego de poderes entre los actores, las estrategias geopolíticas de estos, que han usado la guerra para maximizar sus beneficios; servirle de muestra de fuerzas a grandes mundiales como Rusia y EEUU, además de las propias; ubicar la mirada internacional en oriente medio y tensar ligeramente el mundo. Todo esto, mientras los civiles viven en miedo y vidas se pierden. Es claro que, la guerra es una herramienta útil para las naciones si saben actuar. Se seguirá la pista a esta región de oriente medio, al borde de estallar.

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