¿Y la independencia de Cataluña?

 Las naciones están conformadas por varios grupos identitarios que, por múltiples razones históricas, de intereses, políticas, entre otras. Funcionan como una sola fuerza ante el mundo, no obstante, en ocasiones partes de estos, no se sienten representados por dicha “coalición” y quieren ser independientes, ejerciendo su soberanía propia, presentándose como Estado autónomo frente a la comunidad internacional.

Lograr la independencia de un grupo, sobre el Estado al que pertenece, es una tarea compleja, no suele agradar al gobierno central, ya que puede no favorecer los intereses de las partes con mayor poder, es una perdida de soberanía y control, implica la reorganización de un Status quo interno y externo. La mayoría de naciones, torpecen procesos independentistas en su territorio, evitando la ola de modificaciones que esta trae.

Pese a las trabas, la mayoría de gobiernos existentes han logrado su soberanía tras la separación de otra nación, aunque menos reciente en la actualidad, es común ver hoy en todas locaciones disputas de este tipo, como Escocia con el Reino Unido, o Cataluña en España; esta ultima ha declarado su intención de ser un Estado independiente hace bastante tiempo, en 2017 celebro un referéndum independista acusado de ilegal por el gobierno español. El pasado 12 de mayo, en Cataluña tuvieron lugar las elecciones centrales, dejando resultados atípicos, donde el bloque de partidos independentistas y nacionalistas no obtuvo mayoría requerida para gobernar. Esta cambio es bastante coyuntural e interesante, confluyen factores de todo tipo que transforman el panorama en esta región del mediterráneo.

Cataluña, cuenta con uno de los parlamentos mas antiguos del mundo, el gobierno autónomo es conocido como La Generalitat, funciona bajo la constitución española; en una formación compleja donde varios actores políticos se organizan para gobernar y poner a trabajar el territorio al occidente de España, gracias a las coaliciones y escaños en el parlamento (Assemblea Catalana, s.f.)[1].  Dadas diferencias como el idioma, distribución y aporte económico, La cultura, por mencionar algunas, han sido determinantes para que esta región quiera separarse de España, aunque sin éxito.

El gobierno actual de España de Pedro Sánchez, de un corte socialdemócrata, ha venido negociando y ganando terreno en Cataluña, mostrándose lacso y dispuesto al dialogo, reconociendo su lucha e intereses, dando concesiones a políticos independentistas exiliados. Ha ganado terreno poco a poco en la zona, enfocando su atención en esta problemática latente hace varios años. Su estrategia es exitosa, significo la victoria de su candidato Salvador Illa, exministro de su gobierno, impidiendo que los partidos nacionalistas y separatistas consolidaran la mayoría absoluta y aseguraran el gobierno (Urgente 24, 2024)[2].

Este escenario que nadie previa, transforma el juego de poderes; fortalece a Pedro Sánchez en una región clave y problemática para el gobierno español, de cara al mantenimiento de su gobierno o cercanos en el poder de lugares estratégicos; igualmente, se debilita la fuerza independentista en Cataluña en un contexto sin precedentes, donde debe negociar el gobierno con fuerzas que no solían ser predominantes. (La Razon 25, 2024)[3]

Cataluña, no solo posee el puerto mas grande del mediterráneo de España, también representa gran parte del PIB español, solo en 2017 contribuyo el 19% al PIB total (BBC Mundo, 2017)[4] siendo de las regiones con mas aportaciones al funcionamiento de la nación; la mayoría de sus ingresos se deben a el turismo y la industria. La organización Estatal, ubica la mayoría de negociaciones frente a la mancomunidad Europea como aliado, supedita el comercio al acuerdo trasnacional de la zona del Euro. Esto anterior, limita a Cataluña como posible actor independiente, quien autónomo debería conversar y negociar con la UE para ser activo, implicando tiempo en el que el comercio se estancaría y burocracias extenuantes ralentizarían todo, y que se ahorra dentro del gobierno español.

Factores climáticos, como sequias que azotan España hace ya algunos años y la respuesta estatal, han desviado la conversación de temas netamente políticos, las preocupaciones de los catalanes van mas allá de la independencia y dependen un poco más del centro como dador de estabilidad (BBC News, 2024)[5], en consecuencia afectando las elecciones. Sumado a esto anterior, se encuentran la gran cantidad de disputas internas, entre los políticos independentistas que parecen no llegar a nada, el gran gasto económico en dichos procesos con pocos resultados, han desgastado los bolsillos y afinidades de la población catalana.

Todo esto encarna el momento coyuntural que vive España, donde parece se reajusta el balance de poderes geopolíticos, una lucha de años y la fortaleza de los partidos independentistas catalanes se han visto debilitados por factores internos y externos, hasta el punto de significar no obtener la mayoría necesaria para gobernar, lo que se traduce en una derrota al movimiento. El gran ganador es Pedro Sánchez y su administración, que logran asegurase un lugar en esta región difícil para el gobierno español. Falta ver que ocurre con las negociaciones para la conformación del gobierno catalán, donde estas fuerzas geopolíticas se encontraran y construirán una nueva realidad en Cataluña, lejos de una independencia.

 

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