Geomundo

  Cuando un conflicto estalla, el resto del mundo toma partido, acciones y de alguna manera termina involucrado, sobre todo si sus intereses internos se pueden ver favorecidos de alguna manera; es una tendencia tanto para naciones como actores de la industria, como se ha hablado ya en este blog. Por lo que en la guerra entre Gaza e Israel, era de esperarse que el resto del mundo se paralizara, tomara partido y eventualmente se involucrara de alguna manera. Así, vemos como esta disputa ha escalado al nivel de paralizar hasta el comercio global; esta semana, en este contexto, Joe Biden ordeno la respuesta militar a una serie de ataques por parte de grupos de Kataib Hezbollah, proiranís a activos militares estadunidenses, escalando las hostilidades a un nivel que no se veía tan abiertamente hace casi 20 años. Los enfrentamientos entre EE. UU. y naciones árabes se remontan en la historia reciente a principios de este siglo, si bien EE. UU. siempre toma partido y busca maximizar sus int

La globalización de situaciones locales, parece ser la norma en un mundo tan interconectado e interdependiente como el de hoy. Casi cualquier cambio en alguna región del planeta, afecta el resto del mundo. Desde desastres naturales hasta guerras repercuten en el comercio, incrementando los precios de productos básicos, el gas y el petróleo, por lo que resulta de interés de todas las naciones y otros actores lo que sucede en el mundo, empezando por las singularidades; este juego de intereses si bien, debería prever el bienestar de la humanidad, suele favorecer a quienes tienen mayor poder e influencia y a los actores económicos, dejando de lado el bien común. La interacción entre conflictos humanos locales y el interés global, se ha visto en toda la historia de la humanidad; actualmente, siempre que ocurre algún escalamiento de hostilidades, se ve a la comunidad internacional inmediatamente dando su punto de vista, analizando y estimando como esto va a afectar otros actores y como deb

  En países democráticos, como es de conocimiento común, las elecciones son un momento coyuntural y decisivo para la realidad de una nación, implican la futura administración de un territorio y por tanto como se van a tomar las decisiones. La atención global se posa en quienes están en este momento, expectantes de que sucederá. Debería ser libre, sin embargo, en muchas ocasiones otros actores cobran un papel relevante en estos comicios, desde otras naciones, pasando por multinacionales y empresas nacionales, alterando así el resultado final. Teniendo en cuenta esto anterior, el pasado 10 de diciembre empezaron los comicios en Egipto; un evento adelantado por el presidente Abdelfatah El-Sisi, en un contexto de guerra en Gaza, su vecino, en una crisis económica sin precedentes, mas del 35% de la población en la pobreza, opositores sin fuerza y en busca de la reelección. Un contexto bastante adverso que se procede a analizar. Egipto, un gigante en el norte de África, con una historia

  Es una constante que las personas busquen mejorar su calidad de vida, para lograrlo entre muchas alternativas, optan por la migración, una salida bastante común para este fin; que hoy en día, se encuentra en sus niveles mas altos desde que se tiene registros y va en aumento, sin embargo, para las naciones sobre todo del primer mundo, cuando ocurre desde la irregularidad resulta una gran preocupación; los estados pierden el control de lo que sucede, viéndose expuestos a muchas variables, por lo que el control migratorio es una prioridad de los gobiernos, quienes lidian entre dar garantías a la protección de los derechos humanos y lo individuos y mantener su seguridad nacional. La ONU, la Unión Europea, la OTAN, entre otras organizaciones, además de muchas naciones como EEUU, ubican este tema entre los principales de sus agendas, a lo que le han dado vueltas por años, planteando todo tipo de alternativas, que, aunque en ocasiones disminuyen la migración irregular, no la detienen; alg