Geomundo

  Pensar en las dinámicas de funcionamiento entre naciones, automáticamente trae a colación términos como diplomacia, juego de intereses y organizaciones internacionales, como la ONU; que efectivamente determinan la interacción inter-Estados, estas últimas son la plataforma para la cooperación en el mundo, surgen con este fin, de garantizar la paz global, la protección del bien común y prevalencia de la humanidad. Es tal el impacto y coordinación de esta, que afecta y ha afectado el curso de la historia, por lo cual, todo lo que ocurre acá se mide con cautela, además, se ve afectado por la búsqueda del mayor beneficio de algunos actores, sobre todo quienes poseen más poder y relevancia, y que puede ir incluso por encima del bienestar de otros. Esta organización se ha constituido como el mayor aglomerado de naciones; toda nación reconocida posee un asiento que lo habilita como actor relevante e interactuante, quienes no lo tienen son parias, relegados a sus dimensiones territoriales.

  Hay personajes de la escena internacional, aunados a las posiciones de poder, de tal manera, que pareciese que van a estar por siempre ahí. Acciones de sus pares globales, no afectan en mayor medida el mantenimiento de estos actores, que siempre logran salir a flote pese a las circunstancias y el tiempo que pasa, el mundo se adapta a ellos, primero que ellos al mundo. Dentro de estos actores, están individuos como Kim Jong-un de Corea del norte o Vladimir Putin de Rusia. Amados y odiados en todo el mundo, quienes se han mantenido en el poder durante décadas en sus naciones, sin que ningún acontecimiento logre que dimitan de sus puestos, tras leves caídas, solo les fortalece aún más; su adaptabilidad es admirable, logran sondear todo tipo de sanciones y aislamientos. Incluso estos dos personajes son aliados comerciales y militares, en un mundo de pocos amigos. Este fin de semana que paso, Vladimir Putin, se reeligió de nuevo en Rusia para su quinto mandato presidencial, con más de

  La era moderna ha traído consigo cambios trasversales a la vida humana. La tecnología ha copado la cotidianidad, a tal punto que hay naciones en el mundo que no tiene establecidos sistemas de acueducto, pero sus habitantes poseen celulares y acceso a internet. Evidenciamos así, la inmersión tecnológica en la sociedad; acaparando todos los aspectos de la vida, en la búsqueda avance constante. En una sociedad capitalista, es apenas lógico que la economía sea el medio y objetivo de la tecnología, los avances que surgen se monetizan y poco a poco, vuelven obsoleto lo tradicional; asimismo, pretende cooptar el sistema económico. Los bancos y bolsas de valores del mundo no solo comercian con dichos avances, sino basan su funcionamiento en estos, prácticamente toda entidad financiera guarda en super computadoras sus bases de datos y fondos, al igual que las personas, quienes, además, usas aplicaciones para acceder y usar sus productos. Era cuestión de tiempo para que la tecnología prese

  Existen naciones que se encuentran sumidas tan profundamente en sus problemáticas, que generan olvido del resto del mundo, ningún país o líder global mantiene mucho contacto con ellas, ya que representan todo lo que rechaza el sistema global. Esta segregación suele ser oficial o no; oficialmente, estamentos como la ONU establecen sanciones de comercio a quien no se ajuste a las normas de convivencia del mundo, no obstante, no oficialmente, a los territorios que se encuentran sumidos en crisis extremas, y que no han sido tan relevantes en la historia de la humanidad se les rechaza, no hay quien quiera involucrase con quien no brinde garantías para comerciar, viajar o interactuar. Dentro de este segundo grupo, se encuentran Estados sobre todo del tercer mundo, que viven casi “bajo la sombra”, de los que poco se habla en medios, poseen contados socios comerciales y luchan por sobrevivir en un entorno que les trata como parias. Haití, nación del caribe, que comparte La Isla de la Españ